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Ya las ovejas balaban
En el corral prisioneras,
Y ya las aves caseras
Sobre el alero ganaban.
El toque de la oracion
Triste los aires rompía,
Y entre sombras se movia
El crespo sauce lloron.
Ya sobre la agua estancada
De silenciosa laguna,
Al asomarse, la luna,
Se miraba retratada.
Y haciendo un estraño ruido
En las hojas trompezaban,
Los pájaros que volaban
A guarecerse en su nido.
Ya del sereno brillando
La hoja de la higuera estaba,
Y la lechuza pasaba
De trecho en trecho chillando.
La pobre rúbia, sin duda,
En llanto se deshacia,
Y rezando á Dios pedia
Que le emprestase su ayuda.