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Facundo

badas y de todos sabidas callo! Pero hago la historia del gobierno bárbaro, y necesito hacer conocer sus resortes.

Mehemet—Alí, dueño del Egipto por los mismos medios que Facundo, se entrega á una rapacidad sin ejemplo aun en la Turquia, constituye el monopolio en todos los ramos, y los explota en su beneficio; pero Mehemet—Alf sale del seno de una nación bárbara, y se eleva hasta desear la civilización europea é injertarla en las venas del pueblo que oprime. Facundo, empero, rechaza todos los medios civilizados que ya son conocidos, los destruye y desmoraliza; Facundo, que no gobierna, porque el gobierno es ya un trabajo en beneficio ajeno, se abandona á los instintos de una avaricia sin medida, sin escrúpulos.

El egoísmo es el fondo de casi todos los grandes caracteres históricos, el egoísmo es la muelle real que hace ejecutar todas las grandes acciones: Quiroga poseía este don político en grado eminente, y lo ejercitaba en reconcentrar en torno suyo todo lo que veía diseminado en la sociedad inculta que lo rodeaba: fortuna, poder, autoridad, todo está con él; todo lo que no puede adquirir: maneras, instrucción, respetabilidad fundada, eso lo persigue, lo destruye en las personas que lo poseen. Su encono contra la gente «decente», contra la «ciudad», es cada día más visible; el gobernador de La Rioja puesto por él, renuncia, al fin, á fuerza de ser vejado diariamente. Un día, está de buen humor Quiroga, y se juega con un joven, como el gato juega con la tímida rata; juega á si lo mata ó no lo mata; el terror de la víctima ha sido tan ridiculo, que el verdugo se ha puesto de buen humor, se ha reído á carcajadas, contra su costumbre habitual." Su buen humor no debe quedar ignorado; necesita explayarse, extenderlo sobre una gran superficie. Suena la general en La Rioja, y los ciudadanos salen á las calles armados al rumor de alarma. Facundo, que ha hecho tocar á generala para divertirse, forma á los vecinos en la plaza a las once de la noche, despide de las filas á la plebe, y deja sólo á los vecinos padres de familia acomodados, á los jóvenes que aún conservan visos de cultura.

Háceles marchar y contramarchar toda la noche, hacer alto, alinearse, marchar de frente, de flanco. Es un cabo de instrucción que enseña á unos reclutas, y la vara del cabo, anda por la cabeza de los torpes, por el pecho de los que no se alinean bien; ¿qué quieren? ¡así se enseña!