Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/84

Esta página no ha sido corregida
84
Domingo F. Sarmiento

en la historia de todos los pueblos pastores de la República Argentina; hay en todos ellos un día en que, por necesidad de apoyo exterior, ó por el temor que ya inspira un hombre audaz, se le elige comandante de campaña.

Es éste el caballo de los griegos que los troyanos se apresuraban á introducir en la ciudad».

DOMINGO F. SARMIENTO Por este tiempo ocurría en San Juan la desgraciada sublevación del número 1 de los Andes, que había vuelto de Chile á rehacerse. Frustrados en los objetos del motín, Francisco Aldao y Corro emprendieron una retirada desastrosa al Norte, á reunirse á Güemes, caudillo de Salta. El general Ocampo, gobernador de La Rioja, se dispone á cerrarles el paso, y al efecto convoca todas las fuerzas de la provincia y se prepara á dar una batalla.

Facundo se presenta con sus llanistas. Las fuerzas se vienen & las manos, y pocos minutos bastaron al númeropara mostrar que con la rebelión no había perdido nada de su antiguo brillo en los campos de batalla. Corro y Aldao se dirigieron á la ciudad, y los dispersos trataron de rehacerse, dirigiéndose hacia los Llanos, donde podían aguardar las fuerzas que de San Juan y Mendoza venían en persecución de los fugitivos. Facundo, en tanto, abandona el punto de reunión, cae sobre la retaguardia de los vencedores, los tirotea, los importuna, les mata ó hace prisioneros á los rezagados. Facundo es el único que está dotado de vida propia, que no espera órdenes, que obra de motu propio». Se ha sentido llamado á la acción, y no espera que lo empujen. Más todavía, habla con desdén del gobierno y del general, y anuncia su disposición de obrar en adelante según su dictamen y de echar abajo el gobierno. Dícese que un consejo de los principales del ejército instaba al general Ocampo para que lo prendiese, juzgase y fusilase; pero el general no consintió, menos acaso por moderación que por sentir que Quiroga era ya, no tanto un súbdito, cuanto un aliado temible.

Un arreglo definitivo entre Aldao y el gobierno dejó acordado que aquél se dirigiría á San Luis, por no querer seguir á Corro, roveyéndole el gobierno de medios hasta salir del territorio por un itinerario que pasaba por los Llanos. Facundo fué encargado de la ejecución de esta parte de lo estipulado, y regresó á los Llanos con Aldao.

Quiroga lleva ya la conciencia de su fuerza, y cuando vuelve la espalda á La Rioja, ha podido decirle en despe-