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COSTUMBRES DE LOS ARAUCANOS
Anùmiŋn meli ùŋko, fei meu ñi elaqel llawiñ meu mollfùñkulliñ trawən meu l·aŋəmelchi kulliñ, fei ñi mollfùñ. Plantaron cuatro estacas, para dejar allí, en una arteza, sangre de animal, la del animal finalizado en la junta.
„Fei meu kùmelkaiaimn “, piŋei. „Con esto acertaréis“, les fué dicho.
12. Lloŋoll meu eliŋn mùrke (yapaq mùrke). 12. En el sacrificadero dejaron harina (echada en las bolsas en que se suele guardarla).
Feichi eluel chi pifəlka fei ŋillatui. El que había recibido la flauta, hizo la rogativa.
13. Féola ŋillatuñmawiŋn Dios meu. 13. Ahora ellos hicieron rogativas á Dios.
Kùtraltuŋei chi kulliñ, ləpəmŋei kom, femŋechi ñi kùmelkaiam. Fué quemado el animal, todo fué quemado[1], con el fin de hacerlo bien de esta manera (á satisfacción de Dios).
Lloumaéyeu ñi ŋillatun Ŋənechen. Les aceptó su rogativa el Dominador de los hombres.
Femŋechi felerpui ŋillatun. En esta forma se quedó para siempre el ŋillatun.
Kom mapunche ñi ŋillatuñmawaqel piukekulliñ meu, fei meu allkùñmaéyeu. Ŋənechen, elchekelu, ñi ŋillatun. Todos los indígenas han de hacer sus rogativas sirviéndose del corazón de animales. Entonces Dios, que ha hecho á los hombres les escucha su ŋillatun.
Fei meu wəla cheŋetui, nietuiŋn fill kulliñ, ketran ñi moŋeam. De ahí volvieron al estado de gente, á tener todos los animales (y) sembrados para vivir.
  1. Está mal referido; en realidad se asa la carne para comerla después, y todo lo demás se entrega al fuego. No son los indígenas una nación tan desprendida que se pueda suponer que jamás hubieran ofrecido á Dios un holocausto en el verdadero sentido de la palabra.