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II. CANCIONES DE MACHI.

Machi ùl.

INTRODUCCIÓN.

Se da el nombre de machi ó fileu á ciertas personas indígenas[1] que desempeñan el oficio de curanderos y cuya arte se apoya en la suposición de que todas las enfermedades interiores son producidas por un mal influjo misterioso.

De las funciones de machi es inseparable el canto, acompañado por el toque de la caja[2].

Una parte de las canciones recogidas por el R. P. Sigifredo, y tomadas algunas de boca de las mismas machis, tiene por argumento saludar al enfermo, expresarle el pésame, ponerse á sus órdenes. Otras las parece cantar el mismo enfermo, cuando va á consultar á la machi en su propia casa ó cuando es visitado por ella, siendo entonces el tema de tales canciones expresar a la machi sus temores de tener un wekufù (demonio) y pedirle humildemente su auxilio.

En algunas canciones el asunto principal es la promesa de la machi de traer al enfermo remedios, de ordinario meliko [3]melinko) ó maréupu llaweñ[4]; pretende buscarlos en el volcán, pero

  1. De ordinario son mujeres
  2. Usan pieles de perro para sus cajas
  3. Literalm.: cuatro aguas; y, de hecho nos ha asegurado un indígena que ha de ser un remedio, compuesto de agua, tomada de cuatro diferentes chorros. Pero hay también una yerba medicinal del mismo nombre.
  4. Literalm.: doce remedios; así lo traducen los indios, riéndose de la bobería de la machi. Más probablemente tiene relación con el maréup u ó marewepull mudai (pg. 33, nota 2, y pg. 237) y con el Maréupuantù (pg. 237), sin que los indios modernos se dén cuenta de ello. También el cuatro es número místico. cf. pg. 33, 14,, pg.35, 15 y pg.46, 4.