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APENDICE

Las palabras pom, o ó, om, o om.

La palabra mistreriosa pom cuyo modo de usarla antiguamente acabamos de referir, no puede ser, á nuestro juicio, sino una contracción de „pu am“ que según el P. Diego de Rosales[1] los araucanos pronunciaban al asperjar á sus difuntos con licor y que dicho Autor traduce: „las almas de los difuntos“.

La misma palabra pom podría también entenderse como puwam ó powam“, que quiere decir: „para que (el humo) llegue allá“, á saber al olfato del difunto, y esta interpretación también es aceptable.

Los indígenas terminan sus oraciones en los nguillatunes gritando toda la concurencia o ó, o om, ù om[2].

Ya el P. D. de Rosales menciona la exclamación empleada en circunstancias análogas á los nguillatunes.

En el tomo I cpt. XVIII pg. 114 describe como el Toqui general arenga á sus mocetones para la guerra, llevando en sus manos el corazón de un cordero sacrificado „a que responden todos dando un grito a una, diciendo Ou! que es decir que assi lo harán“.

Resulta, pues, que el final de las oraciones debe tener el significado de „así sea“, pero siempre queda la duda, si óm ú o óm no tiene relación con el pom del P. Havestadt.

Mas es difícil dar con el verdadero significado de tales expresiones porque á veces se forman de manera muy extraña, como ha sucedido con la misma palabra óm, usado en la religión de los indios orientales. Esta es la contracción de aum (lo mismo que pom lo es de pu am). Cada letra de aum representa á otra persona de la tri-murti inda, á saber: M al Dios Brahma, el creador, A á Vishuú, el protector y conservador, U á Civa, el destructor.

Se entiende que nada queremos asegurar, sino una semejanza entre el sonido de ambas palabras.

  1. Véase pg. 240 del apéndice.
  2. Véanse nuestros textos pg. 4.