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APENDICE

con la acumulación de las acciones injustas, cometidas contra los indios, y que se alimentaba con la sangre de sus enemigos y de sus connacionales en los largos años en que luchaban por su existencia nacional.

El mal ejemplo de la inmoralidad de aquellos cristianos que vivían en contacto con ellos, estaba muy lejos de disponerlos favorablemente para la religión cristiana, cuyos preceptos veían burlados por los mismos cristianos, y la incredulidad del tiempo moderno y la aparición de las sectas termina por sembrar la duda y el indiferentismo en los escombros de sus ideas y costumbres antiguas.

También otras naciones, como los antiguos Germanos debieron sentir primero la presión de una legislación civil basada en fundamento cristiano y de un Gobierno de brazo fuerte hasta que se entregasen definitivamente al cristianismo y se amoldasen á él en sus costumbres. Si ahora se convierten los indios, después de un espacio de 400 años que demoraron en hacerlo, este espacio no ha sido demasiado largo; siempre se llevan la delantera en comparación con muchas otras naciones, como la india oriental, la China, el Japón y las naciones mahometanas.

Solamente en nuestros Colegios de la Misión Capuchina se educan cada año casi mil quinientos niños y niñas indígenas. Es ésto una guerra pacífica y muy eficaz que con los años obtendrá por resultado el más completo cambio en las costumbres y los conceptos de los indios. Mas no somos nosotros los únicos Misioneros.

También el contacto con los elementos civilizados de la nación chilena es de no pequeño influjo. Los viejos mueren y con ellos se llevan á la sepultura las supersticiones y la terquedad antiguas. Los sobrevivientes, á lo menos la parte mejor entre ellos, se acomadarán con admirable rapidez al nuevo orden de las cosas, los demás perecerán por el consumo excesivo del alcohol.

Cuando un decreto ministerial del primer año de la presidencia de D. German Riesco prohibió las rogativas por motivo de los robos de animales, borracheras de muchos días y otros excesos que las acompañan, los indios á quienes se negó el permiso de efectuarlos, no opusieron ni la menor resistencia, y á lo menos dentro del departamento de Imperial se suspendieron por varios años. Sólo cuando una autoridad administrativa de Temuco bajo el fa-