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APENDICE

es muy usado en la combinación witranalwe, almas migratorias, de que los hechiceros tienen un gran surtido, con que matan á quienes quieran matar, ó que por pago prestan á los interesados para el mismo fin. Estos witranalwe son muy hábiles para matar haciendo agujeros en el corazón de la víctima y chupando la sangre á la manera de vampiros, cosa que los indíjenas seriamente pretenden poder probar con los corazones de los muertos, atribuyendo á efecto de los witranalwe las cavidades naturales del corazón.

En pg. 9 n.o 3 de nuestros textos referimos un ejemplo de los sueños visionarios que suelen tener las machis de la costa.

Allí figura el Rekùl-pillañ-wentru como un ser que exige que se le hagan rogativas, y en cambio promete fertilidad de los campos y fecundidad en la procreación de los animales domésticos.

Por lo que siempre oíamos decir, creíamos que el Rekùlpillañwentru tanto, como el Trañmal·eufù y el Wirkal·eufù de que los indígenas hacen mención bajo el mismo concepto, eran tenidos por dioses. Pero desde que nuestro relator de Panguipulli nos observó que el Wirkal·eufù y el Trañmal·eufù eran unos antepasados insignes, de que las machis creen ó fingen descender, juzgamos que lo mismo ha de admitirse respecto del Rekùlpillañwentru siendo sta misma la opinión del P. Rosales respecto al Pillañ.

Sin embargo debe entenderse que es el Pillan, cuando las machis hablan del dios especial de su raza que hace bien especialmente á los indígenas. A esto parece oponerse la circunstancia de que en sus rogativas todas las invocaciones se dirigen al Rey Padre y la Reina Madre, esto es al Ng'nechen, pero en tales machis no hay percibimiento de inconsecuencias, sino sólo estupidez, confusión y diablura. En Panguipulli, como se ve en el relato respectivo y en la invocación del pájaro[1] invocan á los espíritus de sus difuntos y renuevan la amistad con ellos mediante los corazones de los corderos. Eso lo hacen con el fin de que no les hagan mal los pillañes y que intercedan por ellos con el Ng'nechen los demás espíritus, y por analogía ha de aplicarse lo mismo al nguillatun de los costinos respecto al Rekùlpillañwentru y compañeros, no son más que mocetones del Wenu Rey fùcha.

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