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APENDICE

En el sermón noveno combate el mismo Autor enérgicamente la creencia de los indios en un Mareupuante (Maréupu antù) el cual para ellos era hijo del sol y daba la vida á los terrenales. No hemos dado con esta figura mitológica en ninguna otra obra que trata de la materia. Hemos consultado á un indio de Panguipulli de unos sesenta años. Este nos dijo que ignoraba lo del Mareupuantù.

Advertimos luego que el P. Havestadt interpreta en su vocabulario el término maréupu antù „ranulae, quas superstitiose coiunt, ranas pequeñas que veneran supersticiosamente“. Mas es inverosímil que el P. Valdivia se hubiese referido á estas ranitas al hablar del „Maréupu ante“. Dichas ranas tal vez aún no tenían este nombre en su tiempo ó en los pasajes que él recorrió.

El término se compone de maréupu y de antù.

Antù es el sol. Maréupu es usado á veces en lugar de mari epu (doce).

El P. Febrés en su diccionario trae: „marepu, ó majepu [1], por mari epu, es doce; usan de esta voz repetida majepu, majepu, cuando sacan camarones, por abusión ó monería, como si con esto hubiesen de sacar doce cada vez.“ [2]

Mas importante para nuestra cuestión es saber que maréupu significa según nos asegura P. Painemillla Ñ. la doble fila de los cántaros con chicha que se ponen en las rogativas, con cuyo contenido se hacen aspersiones hacia la salida del sol, acompañadas de invocaciones dirigidas al Ng'nechen ó tal vez á los espíritus.

En Panguipulli llaman marehuepull (marewepull) tanto el mudai que hay en los cántaros como las tortillas que se colocan en el lugar sagrado y en cuya fabricación las indias entonan cánticos tan conmovedores para el corazón del indio como los de los bardos lo fueron para los antiguos celtas.

Maréwepull empero no puede ser otra palabra que maréupull. Probablemente es la ll terminal residuo de llaŋka apocopado, formando ambas, palabras una combinación de significado parecido al de llaŋka píuke y malwellaŋka [3].

  1. La j tiene pronunciación francesa.
  2. P. Painemilla llama daqllu el camarón de los esteros y masheu el de las vegas. Puede ser, pues, que con aquella monería se les haya pegado el nombre mashéupu á los de la vega, ó también que Febrés se haya equivocado.
  3. Véase pg. 38 las últimas tres lineas del texto araucano y la nota 4 que se encuentra pg. 39.