Página:Fábulas literarias (1782).djvu/103

Esta página ha sido validada
93

Atónito el Lagarto con lo êxótico
De todo aquel preámbulo extrambótico,
No entendió más la frase macarrónica
Que si le hablasen lengua Babilónica.
Pero notó que el charlatan ridículo
De hojas de girasol llenó el ventrículo;
Y le dixo: Ya, enfin, señor hidrópico,
He entendido lo que es zumo heliotrópico.
¡Y no es bueno que un Grillo, oyendo el diálogo,
Aunque se fué en ayunas del catálogo
De términos tan raros y magníficos,
Hizo del Gato elogios honoríficos!
Sí; que hai quien tiene la hinchazon por mérito,
Y el hablar liso y llano, por demérito.
Mas ya que esos amantes de hiperbólicas
Cláusulas, y metáforas diabólicas,
De retumbantes voces el depósito
Apuran, aunque salga un despropósito,
Caiga sobre su estilo problemático
Este apólogo esdrúxulo-enigmático.