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LIBRO PRIMERO

FÁBULA XII


EL LEOPARDO Y LAS MONAS

No á pares, á docenas encontraba
Las Monas en Tetuan, cuando cazaba,
Un Leopardo: apénas lo veían,
Á los árboles todas se subían,
Quedando del contrário tan seguras,
Que pudiera decir: No están maduras.
El cazador astuto se hace el muerto
Tan vivamente, que parece cierto;
Hasta las viejas Monas,
Alegres en el caso y juguetonas,
Empiezan á saltar: la más osada
Baja, arrímase al muerto de callada;
Mira, huele, y aun tienta,
Y grita muy contenta:
Llegad, que muerto está de todo punto,
Tanto que empieza á oler el tal difunto.
Bajan todas con bulla y algazara;
Ya le tocan la cara,
Ya le saltan encima,
Aquella se le arrima,