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alientos, le acometió un javalí con sus dientes centelleantes, é hiriéndole, se vengó de cierta injuria antigua. Despues un toro atravesó con sus cuernos el cuerpo de su enemigo. El asno, como vió, que el leon era maltratado sin riesgo, le quebranta la frente á coces. Mas el leon ya espirando, dijo: que los valientes me insultasen á mi, lo he llevado pesadamente; pero ahora me veo precisado á sufrirte á tí; deshonra de la naturaleza; verdaderamente me parece, que muero dos veces.


Bis videor mori. Es cosa afrentosa para el esforzado, el caer á golpes de un cobarde; y al contrario, es gloria el morir á manos de un valiente: Æneæ magni dextrâ cadis. Æneid. 10. v. 830.

FÁBULA XXI.


el bien que hace, no se le debe contar por gracia, al que lo hace solo por su interes.


La comadreja y un hombre.

Deseando una comadreja, cogida por un hombre huir de la muerte que le amenazaba, le dijo: ruégote; que me perdones, en