ron, y quienes los que me dieron pan: dejad de temer vosotros, que solo vengo irritada contra los que me hicieron mal.
Saxo petierint. La Elegia de nogal, que muchos niegan ser de Ovidio, empieza así:
Nux ego juncta viæ, cùm sim, sine crimine vitæ,
A pópulo saxis prætereunte petor.
Cierto sugeto vió en casa, de un carnicero, que un mono estaba colgado entre las demas piezas y manjares de venta. Preguntóle ¿á qué sabia? Y el carnicero burlándose, dijo: Cual es la cabeza, tal es el sabor.
Yo pienso, que esto se dijo mas por chanza que con verdad; pues muchas veces hallé, que hombres hermosos eran muy malos, y también, conocí á muchos de rostro feo, que eran muy buenos.
Crine ruber, niger, ore, brevis pede, lúmine læsus.
Rem magnam præstas, Zoile, si bonus es.