Página:Eyherabide, Margarita. Amir y Arasi, novela..djvu/206

Esta página no ha sido corregida

206

Margarita Eyherabide


— En ése caso, eres muy desgraciada, Arasi, ¿Verdad que sufres mucho? —... y Luisa tembló emocionada.

— ¿Sufrir?... y vagó errante la mirada de Arasi. ¿Sutrir?... repitió: ¿y por qué?...

— ¡Pobrecito! — dijo Luisa con inflexiones de ternura. Él sufre también. Y añadió: — Y si él te ama y le amas tú ¿qué significa esta pantomima?... — porque no es otra cosa que una pantomima.

— ¡Ah! No, no, Luisa, dijo Arasí dolorosamente. Tengo un dardo clavado muy hondo y ese dardo me hiere hoy, como no lo he sentido jamás... Lo amo, pero... ¿y antes?... ¡Oh! es un recuerdo que alza mi amor propio y lo convierte en valla inexpug- nable entre él y yo. Imposible será que pueda en adelante fiarme de su palabra. Además ama á otra ¡es un charlatán! ¡un embustero! Los labios de Arasi temblaron como arrepentidos de calificar tan dlesdeñosamente al ser amado. —¡ Ah Luisa, Luisa ! — continuó ¡Luisa!... y se mordió los labios para contener las lágrimas.

— ¡Dios mio! — y la adorable Luisa, suspiró len- tamente. — Tú mec desesperas, Arasí, ¿qué puedo hacer por tí?

—Yo le quiero —añadió Arasí en un arranque de pasión que la llevaría á la más íntima confiden- cia. — Pero ya no puedo mirarlo frente á frente ¡es que no quiero mirarlo! — ¡ Después, ya estoy her- manada con el sufrimiento! Mi dignidad me veda cualquier demostración. Y además... ¡oh! además le he visto “flirtear”” con la otra, tu vecina, además... ¡oh, no, imposible! — ¡Entre él y yo se levanta nn espectro que no morirá nunca!...