Página:Eyherabide, Margarita. Amir y Arasi, novela..djvu/133

Esta página no ha sido corregida

Amir y Arasi 153


Esta carta, después de la firma, decía, más abajo:

Al partir de la casa blanca me he traído algo que me sirve de halagador consuelo: tu retrato. Siem- pre que veo que nadie me mira, lo extraigo de la cartera que me regalaste cuando cumplí eatorce años;—entonces lo miro, miro tus ojos y paréceme que también me miras... He visto que muchos de mis camaradas conservan igualmente este recuerdo pre- cioso. Después, mamá. depositan mis labios, un beso, en los tuyos. y vuelvo á guardar de nuevo el objeto querido. ¿Sabes que es aquel retrato que te sacaste, pocos meses despues de tu matrimonio? — Adiós inamnita idolatrada. Y aún más abajo. añadía Ámir: — Mamita inolvidable: — te quiero mucho; cuando pienso en tí y en esa casita tan querida, siento ganas de volar... y como no puedo hacerlo, dejo «que mil esperanzas alivien mi pena... Es una gran tortura que siento, pero soy un hombre y como un hombre voy á la guerra.

La otra carta de Amir, decía así:

— Angel de mi vida ¡perdóname! Estoy lejos, pero te amo; me alejé sin verte por la última vez, pero no te olvidaba...

¿Puede alejarse un alma de otra alma, dos almas que son una? Juntas están pues, las nuestras. ¡Amada mía! Si la ausencia es muy larga... Pero no: ¡que te hable yo de ausencias y quebrantos! ¡que te hable de pesares! — Perdóname otra vez, Arasi mía.

Un dolor, un sufrimiento... ¡oh! ¡tiemblo, pero es preciso! ¡se rompe mi corazón, pero la suerte lo quiere así!

Voy á coneluir... ¡Arasi!l—si me has amado