Página:Eyherabide, Margarita. Amir y Arasi, novela..djvu/12

Esta página no ha sido corregida

12 Margarita Eyherabide

CAPÍTULO II

Un hombre, acababa de detenerse frente al sala- dero. Uno de esos hombres de corazón honrado, pero de carácter atrevido y fuerte. Alto, de recia musenlatura y de rostro coloradote, caminaba á grandes pasos y parecía que no miraba nada de lo que tenía por delante ¡tan atropellado era para andar!

Pasó al lado" de don Alvaro sin dar muestras de haberlo reconocido.

De improviso un relámpago de ira brilló en sus ojos pequeños y grises; — acababa de ver á Pan- ehito palmoteando de alegría y muy encaramado en su atalaya.

Llegó hasta el pobrecillo y lo cogió por un brazo, y sin darle tiempo á que volviera de su sorpresa, comenzó á descargar sobre su endeble cuerpo, for- tísimos golpes. El desgraciado niño, con los ojos agrandados por el miedo, dió en gritar econ desga- rrador acento: —¡Padre! ¡padre! ¡perdón! ¡no me pegue más!

Entretanto los peones del saladero, como triste coronamiento de la tragedia, alzaron sus voces al unísono: —¡El es! —¡No es! —¡El es! —¡No es!

Panchito caía rendido al tiempo que un brazo se aferraba al del crnel hombre sin entrañas.

— ¡Don Carlos! — murmuró don Alvaro con voz acre — ¡cese usted por Dios! ¿No comprende que va á matar á esta criatura? é interponiéndose entre Panchito y su padre, trató de apartar al chico,