inmensos pedregones provenientes de derrumbes en época lejana. Se ha utilizado ese material para trazar sobre él los petrogli- fos, y por el lugar donde se encuentran, cercado por la se- rranía, nos hace suponer que bien pudo ser destinado aquel sitio para corral de huanacos ó especie de potrero donde quedaban las tropas de llamas y otras especies animales, pues no es admitible que entrasen en la ciudad,
Fig. 31 — Petroglifo de “La Paya”, sobre la cara E. de un peñasco
granito ó un cuarzo — con la cual se golpeaba hasta
'desgastar la superficie del peñasco, de manera que la fi-
gura aparece como excavada. Por cierto que usando tal
procedimiento la figura debe adquirir contonios toscos y
en ningún caso han podido representarse con sutilezas.
De igual modo fueron trazados los que ya hemos vis-
to, recogidos entre los escombros desparramados de Kipón
y los que, en 1904, reconocimos junto á las cascadas de
Mallín, en la provincia de Córdoba.