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Milton.

sas á las cuales habia el Rey faltado tantas veces? ¿Podian acudir de nuevo respetuosamente á los piés del Trono con la peticion de derechos, hacer concesiones á cambio de una nueva ceremonia sin valor ninguno, y volver á sus hogares tranquilamente hasta que el Príncipe, al cabo de otros diez años de fraude y de opresion, acudiera á ellos menesteroso de subsidios para pagarles su nueva candidez con nuevo perjurio? Era forzoso escoger entre flarse del tirano o vencerlo. Creemos que la eleccion de nuestros antepasados fué digna y prudente.

Los abogados del Rey, como los de tantos otros malhechores contra los cuales se aducen testimonios irrecusables, se niegan por lo general á entrar en discusion sobre los hechos y se limitan á llamar la atencton acerca de su carácter, acerca de sus virtudes privadas principalmente! ¿Pero Jacobo II'carecia de ellas? ¿Acaso Cromwell, al decir de sus más encarnizados enemigos, estaba desprovisto de virtudes? Pero, ¿cuáles son las virtudes atribuidas á Cárlos I? El celo religioso, tan profundo como en su hijo, tan estrecho y pueril como en él, con el aditamento de algunas de esas virtudes domésticas que la mitad de las losas sepulcrales de Inglaterra declaran haber tenido en vida aquellos cuyos despojos cubren. ¡Buen esposo! ¡Buen padre! ¿Y esto puede ser parte á librarlo de la responsabilidad de quince años de persecuciones, de tiranía y de perjurios?

Si lo acusamos de haber quebrantado el juramento que prestó el dia de su coronacion, se nos contesta diciendo que fué consecuente y fiel á su esposa! Si lo acusamos de haber abandonado su pueblo á las venganzas despiadadas de un prelado, contestan que asentó sobre sus rodillas á su hijo y