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Milton.

ánimo de nuestros toscos antepasados, su angustia, sus trasportes de entusiasmo, su absoluta y completa credulidad. «Los rapsodas griegos, decia Platon, caian en convulsiones generalmente al recitar á Homero.» El Mohawk, cuando ha entonado el canto de muerto, apénas si siente el escalpelo.

El predominio que ejercian tos antiguos bardos de Alemania y del país de Gales sobre sus oyentes, parece increible á los lectores modernos, porque tales emociones son muy raras en las sociedades cultas, y más todavía entre aquellos individuos que más participan de sus progresos y adelantamientos, siendo ménos dificil hallarlas entro las gentes sencillas del campo.

Del propio modo que la linterna mágica produce ilusion en la vista, así la produce la poesía en el espíritu, y así tambien alcanza más perfectamen su objeto la poesía en tiempos de oscuridad, como la linterna mágica en una habitacion privada de luz. Porque à medida que la antorcha de los conocimienLos va iluminando sus cuadros, á medida que los rasgos de la certidumbre van destacándose más y apartándose de la masa general de sombra en que se hallaban envueltos, y que las probabilidades se hacen más distintas, los colores y los contornos de los fantasmas evocados por el poeta como que se desvanecen y se pierden; que no es posible poseer juntamente las ventajas incompatibles de la realidad y de la ilusion, y el claro discernimiento de la verdad con el goce exquisito é inefable de la ficcion.

Necesario es, pues, que aquel que desea ser gran poeta en una sociedad literaria é ilustrada, se convierta á la candidez de los niños; que rompa y destruya, y arroje lejos de si todo cuanto constituye su espiritu actual, y que olvide en gran parte los