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Milton.

los discretos y hábiles razonamientos que abundan en la fábula de las Abejas. Ea cambio, Mandeville, ¿hubiera podido crear á Yago? Por más grande que haya sido su talento para descubrir los diversos elementos que constituyen un carácter, ¿hubiera sido capaz de combinarlos de modo que resultara de ellos un hombre verdadero, vivo, individual?

Tal vez no sea posible ser poeta, ni áun siquiera gozar de la poesía sin hallarse bajo la influencia de una manera de enfermedad del espíritu, si de tal suerte es licito calificar á un estado del alma que tan inefables goces proporciona. Por esa causa entendemos que no debe llamarse poesía todo aquello que se escribe en verso, áun cuando se halle bien medido y merezca bajo este punto de vista los mayores elogios; que poesía es el arte de emplear las palabras de tal suerte, que produzcan ilusion à la fantasia, haciendo con ellas lo que el pintor con los colores. Así es como el más famoso de los poetas lo ha descrito en versos universalmente admirados por el vigor y la felicidad de su expresion, y que áun son más preciosos por la exactitud de las nociones que contienen sobre el arte, en el cual tau superior se hizo.

«Del propio modo que la imaginacion da forma á las cosas desconocidas, dice, así la pluma del poeta las corporifica y señala asiento, é imprime nombre á los átomos que vagan por los aires.»

Esta es consecuencia de la «bella exaltacion que atribuye el mismo al poeta; exaltacion bella, es verdad, pero que no por eso es miénos un estado de exaltacion. No es eslo decir que la verdad no sea indispensable à la poesía, pero es la verdad de la locura la que ha menester; una verdad en la cual los razonamientos sean justos, pero las premisas falsas.