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sujeto se ve fortalecido al otorgar la mayor transparencia posible. Está “sujeto” (en el sentido de “sujetado") en la red de lo simbólico y de su estructura lingüística, y sólo se encuentra a sí mismo en la “ulterioridad respecto del signi■cante” y su producción; pero es incapaz de integrar dicho sentido en toda su extensión pues lo Otro pennanece opaco. Sin embargo, ese mantenerse en su “literalidad” hace que se abra a la esfera del orden simbólico, y, en su calidad de sujeto apetente, se exponga a una carencia estructural y la sintetice a través de laescritura (que unirá, en su praxis, deseo, lenguaje y muerte). Iniciará, así, la búsqueda de aquel Sentido social y trascendente que está siempre en camino, pero que nunca se captura totalmente. En la" masmédula se nos presenta como un enunciado provocativamente translúcido que permite reconstruir su productividad a partir de un denodado juego de la escritura (16). Se generan nuevos niveles de textnalidad: el macrosigni■cante En la masmédula opera como un factor que aglutina las poesías que contiene (el uso de ‘en’ y el vocablo médula rati■can esta inclusión que, por su parte, se encuentra enfatizada a través del más). El título señala también una dimensión desde la que puede leerse la obra de Girondo: la voz del cuerpo, el cuerpo como espacio de la voz, y hasta propone una dinámica de expansión y clausura que actuaría como respiración del texto. Un segundo nivel, lo establecerían cada uno de los poemas cuyos títulos podrían ser considerados como un hipertexto, capaz de generar relaciones intra e intertextuales (17). El tercer nivel estaría formado por cada poesía con su grafía y volumen propio: están “su jetadas” por los blancos tipográficos y “■otan” por la super■cie discursiva, pero “con- tienen” estructuras menores dejando abierta una constelación de si gni■cantes que aguardan ser profanados y descubrir su ‘sentido: A través de una reapropiación de una objetividad extraña e independiente, este aunque insepulto intacto bajo sus multicriptas con traafondos de arcadas El una ya subánima Este juego escriturario debe realizarse en un espacio dinámico y multidimensio- nal. Ciertas estrategias textuales posibilitan dicha “expansión”: ausencia de puntuación (para que cada lector imponga su propia “red”); versi■cación oscilante (ruptura y variación de un parámetro); rimas atrevidas; blancos tipográ■cos que “bordean” la escritura e “insularizan” los textos (18). Casi todos los poemas se estructuran en tomo a la situación de diálogo potencial que nunca logra resolverse-totalmente debido a la opacidad del Otro frente a la inquietud del sujeto. Este se sustrae y repliega, y no puede pensarse sino como dicotomía. Esta transitividad se adviertea lo largo de todo el libro; pero las categorías «sujeto. verbo, ob jeto- sólo se pleni■can cuando se realizan en un discurso particular: (En la masmédula, “El uno nones”, pág. 414) 60