y formalizado brevemente el expediente, medida la tierra, levantado su plano y puesto en posesión el agraciado se remita a V. E. para que ordene se libre el titulo de propiedad. Las suertes de estancia se demarcaran conforme a la localidad, comodidad de pastos, aguadas y facilidad de salidas que tuviesen siendo más pequeñas las que estén sobre la costa del mar y los puertos, duplicadas las que subsíguen tierra adentro y asi sucesivamente para que puedan los hacendados animarse a poblar, teniendo siempre cuidado de dar tierras a los que tengan fondos su■cientes para crear y perfeccionar un establecimiento”. que todas las solicitudes de terrenos se hagan ante el Coronel comisionado ya señalamos que las autoridades delegan la aplicación de estas normas a quienes conocen el lugar y coincide en esta etapa con algo ya señalado por Halperin Donghi en el mundo urbano de Buenos Aires: el ascenso de los militares dentro de la vida política y social de la época y que con mucha más razón se profundizó en la zona de frontera donde el Estado trata de imponer el control militar. Ya no fue el Gobierno el encargado de otorgar los títulos de propiedad, sino el Coronel a cargo de la expedición y esto por supuesto tuvo su contraparte: las tierras se destinaron en primer lugar para los oficiales y la tropa“. Podemos decir entonces que en los incentivos para bajar los “costos de oportunidad" se priorizó al sector militar. Pero este no es el único sector con poder en Ia ciudad de Buenos Aires y esto se puso de mani■esto con una fundamentación que aparecerá pennanentemente una década mástarde en los debates de la Ley de Enfiteusis: las tierras deben ser destinadas a quienes tienen el capital suficiente para instalar una estancia, de forma tal que yaqueda mucho más claramente de■nido a quienes siguen en la lista de destinatarios de las tierras de la región y también quienes no podrán acceder a las mismas, aunque esto obviamente dependerá de la evaluación que en ese momento determina la autoridad militar. Esta autoridad militartiene poder para entregartierras en propiedad pero de acuerdo con la disponibilidad de aguadas, rincones y pasturas, lo que también la obliga a establecer criterios de racionalidad económica para la cantidad de 18 De esta disposición sobresalen varios puntos importantes. En primer lugar
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