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corporaciones económicas —tales como la Sociedad Rural Argentina o el Club Industrial Argentino-, ocupaban una posición de privilegio para acceder a información referida a las posibilidades de obtener y utilizar créditos, conocerlos momentos más convenientes para concertarlos o para cancelarlos en cédulas depreciadas, etc.... Además, diseñaban estrategias de conjunto para utilizar el producido de la venta de esos titulos en empresas comunes .32 Poseer una gran concentración de tierras no incidíaen una posición más favorable ala hora de concertarun crédito territorial. Pero Ia condición socioeco- nómica de los grandes propietarios que participaban en ciertos círculos sociales y de poder les daba familiaridad con los mecanismos ■nancieros, les permitía acceder fácilmente a la información, aceitaba los canales de acceso al crédito, sin descartar que pudieran presionar sobre las instituciones de este tipo. En cuanto a la disponibilidad de información, los miembros del directorio del BHPBA ocupaban, obviamente, una posición privilegiada. Treinta y cinco accedieron a este sistema de préstamos.” Entre ellos quince recurrieron a la operatoria durante su gestión ytodos Concertaron una operación al menos a tres años antes o después de ocupar ese cargo. En conjunto, obtuvieron créditos en 72 oportunidades, de las cuales 49 (el 68%) tuvieron lugar desde 1885 en adelante. Ocho hipotecaron medianas propiedades, trece afectaron pequeñas propiedades y trece, grandes propiedades. No menos in■uyentes e informados eran los miembros de la principal corporación ganadera, la Sociedad Rural Argentina. Eduardo Olivera, José María Jurado, Ricardo Newton, Felipe Senillosa, Francisco Madero, Antonio J. Almeyra y Germán Frers, quienes en reiteradas oportunidades entre 1866 y 1883 fueron miembros del cuerpo directivo de la Sociedad, recurrieron entre una y diez veces cada uno al beneficio del crédito del BHPBA. 3‘ Encontramos también a beneficiarios de créditos entre los no menos in■uyentes socios del Jockey Club de Buenos Aires. Si a los tomadores de préstamos que formaban parte de ese selecto club les sumamos aquellos que eran fundadores de la Sociedad Rural Argentina (por esa época, 196 personas), el número de tomadores de préstamos se eleva a 70.35 Concertaron 138 operaciones. No todos los miembros de este grupo hipotecaron grandes super■cies. Veinte créditos se otorgaron con garantía sobre medianas propie- 140 cipalidades-, financieras —el Banco de la Provincia de Buenos Aires- o en