Página:Estudios de historia rural V.djvu/132

Esta página no ha sido corregida

siguientes resultados para el período 1872 - 1890225 1)El BHPBA acreditó en cédulas valores nominales equivalentes a mSo 100.201.663 (base 1883). Estos importes no eran la totalidad de la emisión de títulos del Banco porque, reiteramos, no consideramos ni los créditos sobre propiedades urbanas ni los concedidos para formar centros agrícolas. Si los comparamos con el total del crédito en metálico y en moneda corriente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, la emisión de cédulas en valor nominal nunca superó más del 8% de la cartera del segundo hasta 1880 y alcanzó un máximo del 27,72% en 1888, fecha que coronó la etapa expansiva del “frenesí"juarista. De modo que de esta comparación los montos acreditados con garantía hipotecaria no resultan especialmente signi■cativos. 2)En cambio, resulta sorprendente la superficie total hipotecada: 7.563 .503 hectáreas, equivalentes al 24% de la extensión provincial. Estastierras estaban ubicadas en todos los partidos de la provincia. Comparado el volumen territorial hipotecado con la superficie total de cada región fueron tres las regiones más comprometidas: la periurbana (26,88% de su super■cie), la del eje pampeano (27,80%) y la región noroeste (38,85%). Las características estructurales de cada una, su afectación temprana o tardía alsistema de crédito y el promedio de las superficies afectadas al sistema permiten suponer que los créditos no se concertaban siempre para los mismos fines. Conforme avanzaba el tiempo y la incorporación de los antes considerados territorios de frontera a la jurisdicción provincial, gran parte de esas tierras eran afectadas al crédito." En los territorios que conforman el Eje Pampeano el volumen territorial hipotecado cobra especial relevancia puesto que fueron extensiones incorporadas a la provincia después de 1880. De manera que para este caso resulta plausible la hipótesis especulativa que sostiene que se hipotecaban tierras para obtener cédulas con las que poder comprar nuevas tierras para hipotecar. No necesa- riamente habría ocurrido lo mismo en las otras dos regiones. En la primera, donde había un alto grado de fraccionamiento de la propiedad territorial, se hipotecaban principalmente quintas y chacras destinadas al abastecimiento del mercado porteño. Y en el noroeste —que, como en el caso anterior, era una zona de ocupación temprana- eran afectadastierras cuyos suelos tenían una calidad tal que favorecía el desarrollo de actividades agricolo-ganaderas como la 132 Una lectura global de los efectos de la operatoria en cuestión arroja los