me recibió afectuosamente; pero en la mañana del 25, habiendo cesado la lluvia, contraté un vaqueano i en compañía de Maldonado tomé el camino del alerzal por donde habia visto bajar los tableros el dia anterior. Seria mui largo referir lo que es un alerzal que se esplota; lo primero que llama la atencion es esa senda estrecha i peligrosa que atraviesa las montañas; ha sido abierta cortando espesos matorrales; después se colocan palos uno a continuacion de otro sobre el terreno, previamente labrados por uno de sus costados para que el pié tenga una superficie mas estensa en que apoyarse; estos troncos, llamados cuicuyes, hacen transitable la senda en toda estacion, pues en el invierno preservan de los pantanos que se forman debajo de ellos i hacen el oficio de puentes sobre los perjuicios; pero son sumamente peligrosos, pues no teniende jeneralmente mas de un pié de ancho, poniéndose mui resbaladizos con las lluvias i. atravesando a veces barrancas profundas, hacen mui fácil la caida; es admirable la destreza i seguridad con que pasan sobre ellos los tableros con su pesada carga, a quienes la menor falta de equilibrio haria caer en el abismo. Seguí legua i media por esta senda después de tomar la precaucion de marchar descalzo, hasta llegar cerca de la cumbre de una cadena de cerros como de 500 metros de altura, tras de los cuales se deslizaba el ruidoso Chaura, a cuyas orillas llegamos a las dos de la tarde; una circunstancia inesperada me decidió a vadearlo; en la ribera opuesta se divisaban grandes depósitos de pizarra. La tarea fué bastante difícil a causa de las correntadas i de las piedras del fondo, que formaban verdaderos pozos; pero al fin conseguí mi objeto. Las pizarras que tenia a la vista forman un barranco de unos 15 metros de altura i de grande estension; se parten en lajas bastante regulares i pueden ser de utilidad para la colonia, si se llega a esplotarlas; no habria menor inconveniente para usarlas en las veredas como reemplazantes de la madera que se destruye tan pronto i para techos, con el objeto de prevenir los incendios i como cuestion verdaderamente económica. Tomé algunas muestras de esta roca i hubiera seguido avanzando al sur si la montaña no hubiera seguido tan intransitable.
De vueltaa Coihuin, organicé con don Eujenio Maldonado el viaje al Calbuco i cité a nuestros montañeses para que se reu-