La preocupacion en que creen firmemente es la de que ninguna mujer que se encuentre en estado interesante debe tomar parte en los trabajos de levantar el corral i ni tampoco el que pase por él ninguna vecina que se halle en igual caso. Si tal sucediese, el pescado no entraria en la prision, "andaria mui voyante o se volveria agua". Pero hai mas aun; ni el jefe de la familia cuya esposa se halle como se ha dicho, puede emplearse en la confeccion del corral, so pena de que éste no produzca fruto alguno i el trabajo sea perdido. Cuando esto ocurre, no hai pesca, compran el pez a los vecinos, i llevan tan lejos sus ridículas preocupaciones, que los hombres no son admitidos a la pesca aun cuando se ejerza por medio de la red. De consiguiente, pocos son los hábiles i muchos los que, encontrándose imposibilitados para cooperar en tales faenas, pasan su tiempo en el ocio.
Terminados los cortos quehaceres de levantar el corral, al comenzar las mareas de las sizijias, el dueño desciende a la marina cuando calcula que el corral está próximo a hacer mepul, esto es, el momento en que comienzan a aparecer sobre la superficie de las aguas las piedras superiores de los dos estremos de la pirca. Al bajar a la playa se va provisto de un mechiu (tizon encendido) i de algunos hachones de lino, junquillo o quilas secas.
Cuando ya el corral queda con poca agua, encienden sus hachones i se lanzan sobre él para cojer el pez, que queda preso en las pozas o charcos, donde concurren al notar que se les retira su elemento. Esta sencilla operacion dura un momento, regresándose los pescadores a sus casas después de hecha la presa, conduciendo cada uno su huech o huell, como llaman la sarta de pejerrejes, robalos i congrios, que confeccionan para mejor conducir el pez. Tal sucede en las mareas chúmes o sean aquellas que se verifican a la média noche, sin luna, i por consiguiente, felices al pescador.
Con esas mareas el operario se ve en el caso de trasnochar; pero después de pocos días, en atencion al atraso diario que esperimenta el flujo, el momento de hacer mepul se atrasa tambien, hasta tener lugar próximo al cuarto de la luna, esto es, de 4 a 5 de la tarde i a iguales horas de la mañana; mas cuando la luz del dia alumbra el mepul, el pez abandona los cor-