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A LA LAGUNA NEGRA

VI

DE SAN GABRIEL A LA LAGUNA NEGRA.

Saliendo de San Gabriel i no a mucha distancia, el Maipo recibe las turbias pero fertilizadoras aguas del rio Yeso. Se entra aquí en una llanura seca, árida i pedregosa que no puede ofrecer sino un camino por demas molesto, a cuya estremidad sur corre el rio que acabamos de nombrar, camino que, a pocos quilómetros, se ve obstruido por la cuesta de los Cipreses, enorme i empinado farellon que cuelga sobre el rio i que se encuentra aproximativamente, según el señor Leybold, a 1,387 metros de altura absoluta. La mal trazada senda que nos vuelve a echar al valle tiene apenas cuarenta centímetros de ancho en la parte mas abierta i una pendiente casi vertical, que obligó a mas de uno a bajarse del caballo porque éste se le concluia, según dijo un compañero, al ver que, en la bajada, la montura, apesar de ir bien apretada, no se salia por la cabeza del caballo nada mas que por respeto a las orejas.

En esta infernal cuesta i a la subida, el señor Diaz corrió un verdadero peligro, habiéndosele corrido la montura a su caballo, es decir, acabándose su caballo por el anca, las cinchas llegaron hasta rosarle los muslos obligándole a dar corcobos i saltos como si le picara alguna mala yerba. Por fortuna, aprovechando la salida de una roca, pudo apearse; de lo contrario habria rodado al precipicio.