para alimentar los escasos rios que aquellos sangran en el estío.
Ahora bien. ¿Cómo obviar tan graves inconvenientes puestos al paso del progreso agrícola que es la vida de la república? ¿Cómo establecer compensaciones adecuadas, que restituyan el antiguo equilibrio entre la produccion i el elemento primordial de la produccion en nuestro suelo, es decir, entre el cultivo de los cereales i las aguas de regadío?
Uno de los intelijentes esploradores de la Laguna Negra en 1873 ha herido con un solo golpe el árduo problema. Para esto ha esclamado: —"La hora de las represas ha sonado ya para Chile." I por esto hemos enclavado este mismo espresivo epígrafe al frente de este libro.
Igual lei han soportado todos los paises cálidos i montañosos.
Las Alpujarras en España contienen tantas represas artificiales, desde el tiempo de los moros, como las que se construyen en los presentes tiempos i con idénticos propósitos en los Pirineos para irrigar el centro de la Francia i en los Alpes italianos para proveer de ese elemento los ricos campos de la Lombardía.