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A LA LAGUNA NEGRA

XI.

MARTES 11 DE MARZO.—SONDAJE DEL LAGO.

Cuando nos levantamos, a la hora de costumbre—al salir el sol—hacia un frio que nos obligaba a redoblar con los dientes: el termómetro marcaba 2° sobre cero.

Tomamos nuestra taza de café i saltamos al bote el señor Vidal, Alvarez, don Miguel Lazo, Figueroa i el que suscribe, para dar comienzo al sondaje del lago por su estremo sur i suroeste, precisamente frente a la garganta por donde se desagua, en invierno, en el Encañado.

Para llevar a cabo este trabajo, dispusimos de un escandallo del peso de nueve quilógramos i de bastante cable dividido convenientemente en metros.

Al tiempo de partir, acercóse un hijo de esos contornos, el mismo que aparece sentado al borde del peñon del Observatorio en la fotografía que sirve de portada a esta obra,—con una mirada tan suplicante i un aire tan humilde, pidiendo le permitieran embarcarse, que el almirante no pudo ménos que acceder a sus ruegos, de lo que nadie tuvo que arrepentirse, pues fué mui útil para el trabajo.

A poca distancia de la costa, dió la sonda cincuenta metros, luego ochenta i bien pronto cien metros.

La ejecucion del sondaje era por demas molesta i demorosa, i esto que llevábamos tocios los útiles necesarios, magnífica embarcacion i un patron de