escribano de gobierno dio lectura, en la ciudad de San Juan, al decreto de reconocimiento del jefe vencedor del tirano Rosas en los campos de Caseros. En ese mismo momento, se presentó en el ángulo sud-oeste de la plaza hoy 25 de mayo, el doctor Rawson, caballero en un magnífico corcel castaño oscuro; y, después de conocer la fausta nueva, dominado por un indescriptible entusiasmo, del que participaban todos los presentes, tiró al aire dos ó tres puñados de cuatro bolivianos, y dio principio á una exaltada y patriótica peroración, de la cual algunos oyentes que aún sobreviven han conservado en la memoria ciertos párrafos, que voy á reproducir, no por el mérito literario ú oratorio de que se hallen revestidos, sino para mostrar cuan grande fué el júbilo patriótico del eminente argentino al saber que había caído desplomado el corrompido edificio de la tiranía.
« El ronco estampido del cañón que el día 3 de febrero hizo vibrar el corazón de millares de argentinos, con el combate que á su vista se ejecutaba en los campos de Caseros, contra la tiranía ominosa de veinte años, decía el doctor Rawson, ha dado por resultado la brillante epopeya que vive y vivirá siempre en el corazón de todos los amantes de la libertad de los pueblos argentinos.»
« El reconocimiento que acaba de hacerse por los poderes públicos del triunfo de los libres contra el tirano en los campos de Caseros, es un acontecimiento de trascendental importancia para el pueblo argentino, por cuya razón ha de fructificar como las plantas lozanas cuando se arraigan en el corazón del suelo propio.»
« El triunfo de Caseros es un verdadero acontecimiento