Página:Escenas matritenses - Tomos I-II (1842).pdf/22

Esta página ha sido corregida
8
ESCENAS MATRITENSES.

dónde habia habido aquel cuadro, y me contestó que hacia años que un soldado se lo trajo á empeñar, prometiéndole volver en breve á rescatarlo, pues segun decia, pensaba hacer su fortuna con el tal retrato, reformándole la nariz, y poniéndole grandes patillas, con lo cual quedaba muy parecido á un personage á quien se lo iba á regalar; pero que habiendo pasado tanto tiempo sin parecer el soldado, no tenia escrúpulo en venderlo, tanto mas, cuanto que hacia seis años que salía á las ferias, y nadie se habia acercado á él; añadiéndome que ya le hubiera tirado, á no ser porque le solia servir, cuándo para tapar la tinaja, y cuándo para aventar el brasero.

Cargué al oir esto precipitadamente con mi cuadro, y no paré hasta dejarle en mi casa seguro de nuevas profanaciones y aventuras. Sin embargo, ¿quién me asegura que no las tendrá? Yo soy viejo, muy viejo, y muerto yo, ¿qué vendrá á ser de mi buen amigo? ¿Volverá séptima vez á las ferias? ¿ó acaso alterado su gesto tornará de nuevo á autorizar una sala? ¡Cuántos retratos habrá en este caso! En cuanto á mi, escarmentado con lo que vi en este, me felicito mas y mas de no haber pensado en dejar á la posteridad mi retrato; ¿para qué?—para presidir á un baile—para escitar suspiros-para habitar entre mapas, canarios y campanillas—para sufrir golpes de pelota—para criar chinches—para tapar ventanas—para ser embigotado y restaurado despues, empeñado y manoseado, y vendido en las ferias por dos pesetas.

(Enero de 1832.)