El buen sentido de los Procuradores que enviaban á sus Cortes los antiguos Reinos de Jaime el Conquistador era, pues, en realidad el único serio obstáculo que de continuo se oponía á los designios del poder central; y el Conde Duque veía en las franquicias y privilegios tradicionales de aquellos pueblos la más formidable cortapisa al desenvolvimiento de sus atrevidos planes.
El contraste que la firmeza de catalanes, aragoneses y navarros ofrecía en las Cortes con la docilidad de los castellanos, hicieron creer á Olivares en la eficacia de una centralización del Poder é indujérondole á escribir al Rey, su amo, en razonada Memoria lo siguiente: Tenga V. M. por el negocio más importante de su Monarquía el hacerse rey de España; quiero decir, Señor, que no se contente V. M. con ser rey de Portugal, de Aragón, de Valencia, conde de Barcelona, sino que trabaje y piense con consejo maduro y secreto, por reducir estos Reinos de que se compone España