ducal, de donde proviene el nombre abreviado de Conde Duque con que es conocido en la Historia. Los fracasos de la conducta política de este rico hombre corren parejas con las desgracias de su vida postuma. Tuvo para vivir y morir inoportunidad indudable. Si en vida y al abatir la frente la gran Monarquía española agobiada por el peso de la más opulenta Corona que contemplaron los siglos, concédele su mala estrella el nada envidiable privilegio de gobernar la nación, á su muerte se desploma el ya cuarteado edificio de la grandeza hispana y llueven sobre su tumba, en vez de lauros, apasionadas inculpaciones. Sucede á la familia austríaca la borbónica en el vacilante Solio de la magnánima Isabel y la adulación dicta á los escritores del siglo XVIII páginas en que palpita irreflexivo encono contra el desdichado Valido.
Juzgar á un gobernante por el número de sus éxitos puede á veces ser ocasión de gravísimos errores; atribuir á sus torpezas el