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RICHELIEU

despertado en sus hijos el deseo de emular á Portugal y á Castilla en descubrimientos y aventuras. Comprendiendo Richelieu la importancia de la potencia marítima y de la riqueza colonial, dedica solícitos afanes á la construcción de una escuadra poderosa, coloniza el Canadá y la Guayana, apodérase de media Isla de Santo Domingo, establece posesiones en el Senegal y despierta la codicia de los franceses que se lanzan al Océano ávidos de competir con ingleses y españoles. Situado entre Sully y Colbert, participa el Cardenal de las doctrinas económicas de ambos ministros; pero, ni la Fisiocracia que el primero inicia llevado de sus aficiones agrícolas, ni el Mercantilismo preconizado por la codicia del segundo, ofuscan el buen sentido de Richelieu ni acarrean al país daños de cuantía. Generoso y hasta espléndido cuando las circunstancias lo exigen, económico y frugal cuando la necesidad le obliga, ni derrocha como Lerma ni acumula sórdidamente como su sucesor Mazarino.