Página:Ensayosdecritica00zayauoft.djvu/427

Esta página ha sido corregida

entonces me retenían deberes de la carrera diplomática. He aquí el párrafo en que aquel egregio estilista apunta su parecer esclarecido acerca de la duda de Núñez de Arce:

«En estos últimos días he andado apuradísimo escribiendo el discurso sobre Núñez de Arce que me había encomendado la Academia. Mal ó bien ya le he escrito, saliendo de mi empeño. No sé si habré logrado salir de él hábilmente. Era menester elogiar mucho á D. Gaspar y dejar entrever no obstante que en todo lo que toca á sus dudas desesperadas y á sus filosofías hay algo de nebuloso y de vago, como le acontece al que oye campanas y no sabe dónde.»

Fortalecido por la opinión de tan insigne escritor, me atrevo á afirmar que en mi concepto Núñez de Arce, cuando se finge acosado por la duda, examina demasiado el pro y el contra y se lamenta de los embates del escepticismo con harto comedimiento que, si no resulta en daño del retórico ni del gramático,