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Esta impresión que yo experimento ante los cuentos de Villasinda me induce á sospechar que el autor ha padecido en cierto modo la sugestión del escultor ilustre, su pariente, que ha sembrado de bonitas ilustraciones las páginas de Del antaño quimérico. El escultor, más partidario de las líneas que concretan, que de los matices que animan, suele dar al trazado impecable de los contornos la esencial importancia que el pintor reconoce á la expresión del claro obscuro y á las gradaciones del colorido. Así la prosa del Marqués, irreprochable en lo que se relaciona con la claridad de la dicción y con el lógico encadenamiento de las ideas, no presenta las undulaciones hijas del sentimiento, ni la alada ligereza, producto de múltiples y sucesivas sensaciones, que, colorido de la palabra, dan vida al cuadro y le convierten en algo más sugestivo y complicado que el grupo escultórico con mayor inspiración concebido.

El predominio de la línea sobre el matiz