Página:Ensayosdecritica00zayauoft.djvu/355

Esta página ha sido corregida

alegrar ó entristecer hondamente el espíritu del lector, fácil es ver que sólo he podido referirme aquí á la alegría de la producción, es decir, al estado de alma del autor al escribir los cuentos, al placer de hombre competente que experimenta cuando se ejercita en el manejo del idioma patrio.

Paréceme á mí que ese estado de alma queda bien patente en Del antaño quimérico. Con claridad se advierte en tan culto libro cuánto se deleita el autor en ensartar piedras preciosas en el hilo de plata del relato, la grata sorpresa que le causa entresacar del rico venero del Diccionario la palabra más adecuada al caso, aunque esta palabra se halle fuera del uso corriente, pese á su valor eufónico ú onomatopéyico; el placer, en fin, que al propio autor embarga al redondear la melodía de la elocución, no por virtud del tosco artificio de que para rematarla se valen los hueros declamadores de la plaza pública, sino con la exquisita delicadeza y con el tacto