Marques de Villasinda las heterogéneas impresiones que recibiera durante un viaje al Celeste Imperio realizado en circunstancias verdaderamente extraordinarias, cuando el vandalismo de los boxers y el sitio de las Legaciones europeas en Pekín hicieron necesaria la intervención armada de las grandes Potencias. Si el viaje á China es siempre motivo de curiosidad para un occidental, nunca pudo serlo tanto como en aquella sazón. Comprendiólo así Villasinda y, con tersura y fluidez de estilo muy notables, acometió la empresa de relatar las peripecias de su temerario viaje por el Peï-ho y de pintar después las escenas de devastación de que fueron teatro los campos asiáticos y los portentosos tesoros escondidos tras los muros de la Ciudad Violada. Ya entonces prestó la crítica á libro tan interesante la atención que merece y elogió con espontaneidad los relatos y descripciones en él con- tenidos.
Idéntica fortuna logró Visto y soñado,