ahora igualmente intensas y más complejas que entonces, el medio social por una parte, y por otra la educación y los hábitos adquiridos, son causa de que las pasiones no irrumpan ahora con el mismo ímpetu y estruendo con que explotaban antaño. La indignación, el deseo no satisfecho, la ambición frustrada que buscaba en otras eras relativa compensación, consuelo ó venganza en la acción violenta ó en el castigo del adversario, hoy suele buscar el remedio en la pérdida de la propia vida; ó bien destilar la amargura de la decepción, tratando de hallar el alivio de los personales quebrantos en la soledad, en la conversación interior, ó en el arrullo de la vaga y poderosa influencia que en el espíritu humano ejerce la contemplación de un paisaje ó la no estudiada melodía de algún manantial que brota entre las peñas.
Apegado en demasía á lo que en Arte ha sido y refractario por temperamento á presenciar resignado la modificación de las