Página:Ensayosdecritica00zayauoft.djvu/138

Esta página ha sido corregida

solidaridad, y al no adoptar la costumbre de residir en Lisboa largas temporadas anuales, ya que no quería decidirse á trasladar la Corte á La Reina del Tajo, sabia medida que además de sellar la anexión de Portugal al grueso de la vasta Monarquía, hubiera sido muy provechosa para el Gobierno de la misma por la privilegiada situación que ocupa la capital lusitana en el Atlántico, cuyas ondas surcaban los navios españoles procedentes del Nuevo Mundo, abarrotados de los metales más preciosos.

A medida que transcurrían los años á partir de la fecha de la anexión, achacaban los portugueses el malestar público que en tiempos de su independencia hubieran atribuido á otras causas, al abandono en que les tenían sus intrusos Soberanos y á la ausencia perpetua del Monarca, quien delegaba en negligentes ministros la gobernación de su nuevo Reino. Aunque es cierto que Felipe III fué aclamado frenéticamente por el pueblo de Lisboa y no es menos exacto que al