conciencia, fomentando así los principios disolventes ya arraigados en las almas españolas por virtud del contacto secular con los Agarenos.
Más sensato es, á mi juicio, censurar acerbamente los peculiares defectos de la raza que en la eminente persona del Conde Duque hallan como su cifra y compendio, ya que en esta persona sobresalen la vanidad y la ligereza en las mismas armónicas proporciones que en cualquiera de los valientes hijosdalgos vencedores en Honnecourt ó vencidos en Dunquerque.
Nacido Olivares de noble familia, cuya fortuna no estaba en proporción con lo conspicuo del linaje, fué adscrito aún adolescente en calidad de paje al servicio de Felipe IV, entonces príncipe de Asturias. Su vida en aquel primer período de su carrera estuvo más dedicada á los placeres que al estudio y las nociones que adquiriera el futuro estadista acerca de los problemas de la política