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ENSAYO
SOBRE EL HOMBRE.

EPISTOLA PRIMERA.

DE LA NATURALEZA Y ESTADO DEL
HOMBRE CON RESPECTO
AL UNIVERSO.




Despertad, mi querido Bolingbroke; dejad todas las pequeñeces á la baja ambicion y al orgullo de los potentados. Pues que todo lo que podemos sacar de esta vida se reduce á ver claro al rededor de nosotros mismos, para luego morir, recorramos al menos libremente esta escena del hombre ¡asombroso laberinto! pero que tiene su cierta regularidad; campo en que crecen las flores mezcladas con los abrojos; jardin que tienta con frutos vedados. Ea, venid conmigo, exploremos este vasto campo, y ora sea raso, ora montuoso, veamos lo que en él hay. Reconozcamos les senderos ocultos de cuantos an-