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de las olas, y hacer los otros bóvedas bajo de la arena para resistir á las tempestades y mareas. ¿Quién enseñó á la araña á tirar paralelas sin regla ni compás con tanta exactitud como Moyure[1]. ¿Quién enseña á las cigüeñas, semejantes al famoso Colon, á recorrer climas extraños y mundos desconocidos? ¿Quién convoca sus juntas? ¿Quién fija el dia de la marcha? ¿Quién ordena sus falanges y les traza su camino?

Dios pone en la naturaleza de cada ser la semilla de aquella felicidad que le conviene, y le prescribe sus límites; pero como ha criado un universo, para hacer al todo feliz, ha fundado la mutua felicidad sobre necesidades recíprocas. Por eso reina un orden eterno desde el principio, y toda criatura se ve ligada á otra criatura, bien asi como el hombre al hombre. Todo cuanto anima el cielo vivificador, todo cuanto respira en los aires, todo cuanto crece baio las ondas, ó habita esparcido por la tierra, todo es fomentado por nuestra madre común naturaleza mediante una llama vital que hace brotar sus semillas productoras. El hombre igualmente que


  1. Famoso matemático, muy estimado de Newton.