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pasiones y una pura confusion. Se está engañando continuamente, y desengañándose á sí mismo. Ha sido creado la mitad para elevarse, y la otra mitad para abatirse. Es dueño de todas las cosas, y sin embargo la presa de todas ellas. Es único juez de la verdad, y está cayendo continuamente en el error; y en fin es la gloria, el juguete y el enigma de este mundo.

¡Ea, estupenda criatura! remóntate adonde las ciencias te guian. Mide la tierra, pesa el aire, y calcula las mareas. Demuestra qué leyes siguen los errantes planetas en sus órbitas; corrige el tiempo, y marca al sol su camino. ¡Ea, elévate con Platon á la esfera del empíreo hasta llegar al bien primero, á la primera perfeccion y belleza primera, ó penetra en el laberinto hollado por sus sucesores, y di que el desentenderse de los sentidos es imitar á Dios, á la manera que aquellos sacerdotes orientales, que despues de dar sus vueltas al rededor, y andárseles la cabeza, se imaginan imitar al sol! ¡Ea, ve, enseña á la eterna Sabiduría cómo debe gobernar, y entra luego dentro de tí mismo, y nota tu imbecilidad! Cuando en estos últimos tiempos vieron los seres superiores explicar á un mortal todas las leyes de la naturaleza, se pasmaron de ver tanta sabidu-