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y se desplegan las flores: para mí renueva la vid cada año su néctar delicioso y su fragancia la rosa: para mí encierra la mina mil tesoros: para mí mana la salud de mil fuentes; los mares se mueven para trasportarme; el sol se levanta para alumbrarme; mi escabel es la tierra, y el cielo mi dosel.”

Pero la naturaleza ¿no se aparta de sus fines benéficos cuando un sol ardiente vibra la muerte en sus rayos abrasadores; cuando los terremotos se tragan ciudades y provincias; ó cuando las tempestades é inundaciones se llevan pueblos enteros á lo profundo del mar? No (debe responderse): la primera causa omnipotente no obra por leyes particulares, sino por leyes generales. A excepcion de muy pocas cosas, todo se ha ido mudando desde el principio. ¿Y qué es lo que hay acaso perfecto entre todo lo criado? ¿Pues por qué el hombre lo había de ser? Si la felicidad humana es el gran fin de todo, entonces la naturaleza aberra ó se desvia; ¿pues por qué aberraría menos el hombre? Este gran fin requinria una constante alternativa de lluvias y dias serenos, asi como una regularidad perpetua en los deseos del hombre; una eterna primavera y cielos sin nubes, asi como hombres moderados