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historia

á distancia de ocho ó diez kilómetros se encuentran los cerros de Tuspango, Chicahuastla[1] sitio misterioso que la imaginación de los indígenas hizo teatro, en un tiempo, de sucesos sobrenaturales, según la leyenda, y el de Cuautlapa[2], especie de santuario gentílico, como el de Escamela, donde los habitantes primitivos del valle iban á hacer sus adoraciones. A menos distancia, y al E. N. E. está el cerro de Buena—Vista, cuyo nombre, indica terminantemente su situación con respecto al valle y las otras montañas de Orizaba.

El cerro de Escamela[3] se levanta en la estensa llanura de su nombre: de él se desprende, hácia el O., un pequeño ramal, entre la hacienda del Jazmín y el rancho del Espinal, aislado completamente del resto de las serranías vecinas: desde las alturas de Jesús María presenta una vista soberbia,

  1. Tochpancan: lugar en donde hay conejos: Chicahuastla: fortin.
  2. Cuautlapan: rio en el monte.
  3. Azcamelan: hormigueros.