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DE ORIZABA 327

ra, unos manteles de Ruan, quatro candeleros de palo, una Ara tan pequeña que escasamente cabia el caliz y patenas (cuio defecto costó la vida á un sacerdote por aversele derramado el sanguis, celebrando missa en ella) una palia de lienzo, dos casullas viejas que les dieron de limosna, etc, etc.”

Un indio ciego, llamado Domingo de Ramos, cedió el solar en que se estableció la capilla, y se encargó de cuidarla, manteniéndose con las limosnas que recogia de los vecinos para el sostenimiento del culto.

Doce reales pagaban los dias festivos los vecinos del barrio por la misa que iba á celebrar en la capilla, un sacerdote de Orizaba, como decian, pues en esta época desde la Parroquia hasta la Concordia, estaba completamente despoblada toda esa parte te de la ciudad.

Por espacio de tres años los indios, que