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frente tosca y sombreada por espesos cabellos; en esos perfiles fuertes de un gesto que no es presa ningun sentimiento. Esa fisonomía no es de muger.

Y así es la verdad: para nosotros esta muger, jamás lo fué, y aún su misma castidad debemos atribuirla, mas que á virtud, á un defecto de su organizacion. ¿Cómo explicarse el amor que profesó á una dama principal, á cuyo marido desafió[1].

De la manera siguiente refiere un antiguo escrito esta aficion de la Monja Alferez:

...“Dióle cierto mercader una carta para la persona que era Alcalde mayor, informandole como nuestra peregrina era muger, mediante que podia muy bien en-

  1. Quien quiera saber estensamente la vida de la Monja, puede satisfacer su curiosidad en un artículo inserto en la Ilustracion Mexicana, tomo 3.o pág. 221 y en las Tres Relaciones publicadas en el tomo 5. del Dicciona rio de Historia y Geografia, pág. 499.