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DE ORIZABA. 179

Esa odiosa determinacion, que era como un paliativo para contentar á los capitanes y soldados, habia dado ya, en las islas y países anteriormente sometidos, pésimos resultados para los indios. La corte española reprobó esa determinacion, siguiendo en este punto el sentimiento popular de la misma España. En la famosa Junta de Avila, cuya reunion fué uno de los síntomas precursores de las guerras de las Comunidades de Castilla, se pidió: que “á ninguna persona, de cualquier clase ó condicion que fuese, se dieran en merced indios para los trabajos de minas y para tratarlos como esclavos, y se revocaran las que se hubiesen hecho.”[1]

Si damos entera fé al testimonio de un testigo ocular de los sucesos que narramos, á pesar de la resolucion de Cortés, los repartimientos no dejaron satisfecha la ambicion de muchos de los conquistadores. Era

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  1. La-Fuente, Historia general de España, Parte III. Libro I.