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VIRGILIO.
XXI.

»Ni pudiendo tener contino á raya,
»Demente ya, mi cólera sombría,
»Clamé, juré que si á la amada playa
»Tornase vencedor, me vengaria.
»Odios que Ulíses en silencio ensaya
»Hubo de acarrearme la osadía
»De mis palabras: sin enmienda aquello
»Vino á poner á mi desgracia el sello.

XXII.

»De entónces más, calumnias el aleve
»Ideó nuevas: comenzó rumores
»Vagos á propalar entre la plebe;
»Ni pudo sosegar en los terrores
»Con que el crímen persigue, hasta que en breve
»Con Cálcas, el augur, á sus rencores ...
»Mas ¿á qué, derramando el pensamiento,
»Así os fatigo, y mi dolor aumento?

XXIII.

»Ya os dije, Griego soy: ¿qué más indicio,
»Si á todos nos nivela vuestra saña?
»Ea, pues: ¡consumad el sacrificio!
»Bien los de Atreo os pagarán la hazaña;
»Su triunfo, el Itacense.» El artificio
No vemos con que á fuer de Griego engaña;
Antes le instamos á explicarlo todo.
Con fina astucia y misterioso modo,